Es un martirio. Es lento el
pasar de las horas que, sin éxito, trato de dormir. Que sin éxito trato de
desintoxicarme, de borrar de mí pensamientos tuyos, dándome siempre por
vencida. Remolinos, huracanes, llamaradas e mi mente. Nada me libra, doy
vueltas cautiva de una obsesión. Quisiera descansar, ¡pero no puedo! Ha sido un
día pesado y, sin embargo, es mucho lo que cargo en mi interior. No quiero
intentarlo, me di por vencida. Es por eso que escribo, que pretendo ahogar mis
penas entre las letras, dejándolas plasmadas en papel. Quédense…jueguen aquí,
que la noche es joven. Y déjenme dormir…déjenme soñar con él. Y luego, vendrá
la locura.
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