Podría decir que lo peor es despertar pensando en ti. Que dormir con tu recuerdo ya se me hizo costumbre, pero que aparezcas durante y al final de mis sueños ya es demasiado. Que si quieres regresarme mis cosas yo haré lo mismo, pero que me regreses los meses a tu lado, los besos, las caricias, los planes a futuro. Que te lleves los recuerdos buenos, que son los que duelen más. Y lo que sobre, quédatelo.
Que amé tus manías, te di mi cielo, te abrí mis venas y te mostré mis letras. Conocí el lado tuyo que todos aman, pero también conocí el que no muchos soportarían. ¿Cómo puedes ahora decirme que fui yo quien lo arruinó? Tal vez te di de más y no estabas acostumbrado a eso, tal vez fue demasiado. Que ahora ya nada importa, se escapó entre tus dedos, y ya no volverá.
Pero no. No voy a decir nada de eso, porque no vale la pena.
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