viernes, 7 de junio de 2013

Aprendí.

He aprendido a acompañar mi café con un cigarro. A caminar sobre el lado derecho de la banqueta, y no debajo de ella. He aprendido a andar en motocicleta, a dormir acurrucada, pero no incómoda, a usar frases y dibujitos que ni sabía que existían.
Aprendí a amar canciones de géneros que antes no escuchaba, a compartir mi música y mis gustos, y a comer las palomitas sin catsup. A tomar más Coca que agua, a cruzar la calle a brincos y a dejarme el cabello suelto, hacia un lado.
Puedo aprender más cosas, así como aprendí el dolor de una canción, a no dedicar ninguna de Ornelas, a que me hicieran mole de desayuno, a guardar recuerdos de viajes, a encajar (o no encajar) con cuñadas y suegros.

Lo que aún no he aprendido, es a ser prudente, a amar con medida y a pensar en mí antes que en otra persona. Ni creo aprenderlo nunca…

No hay comentarios:

Publicar un comentario