Hubo un tiempo en el que no tenía rumbo fijo y andaba por la
vida deshaciendo ilusiones. Un tiempo en el que el viento soplaba al este y yo
me dejaba llevar por él.
Hacía falta que en mi cielo apareciera una estrella cuyo
brillo se reflejara en mis ojos. Y eres tú. Eres la estrella que más brilla en
mis noches, que apunta hacia el sur, que es donde quiero estar; que nuestro
brillo se funda en un cometa que cruce el cosmos y no se apague jamás…
Aunque no puedo evitar pensar que te abandoné, y que es
egoísta de mi parte estar bien y tenerte ahí, esperándome, mientras te obligo a
vivir sin mí y dejarte al vacío.
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