1. LA NOSTALGIA. Esta es la primera vez en 20 años que me separo de mi hogar y mi familia. Al principio estaba ATERRADA!, y cuando se fueron mi mamá y mi hermana estuve a punto de gritarles que me quería regresar con ellas. Se fueron y ahora sí, me quedé solita. Fue ahí donde me di cuenta que no volvería a ver a mi familia (con quienes pasaba el 80% del tiempo) al menos en unos 5 meses, que desde ese momento era yo sola contra el mundo. Y, pues esta semana no ha sido tan mala. El temor inicial terminó y aunque de repente me deprimo (bueno, sólo un ratito el fin de semana) me gana la emoción de todo lo nuevo que estoy viviendo, y adiós tristeza :D
2. LA ESCUELA. A separarme de mi familia por primera vez, súmenle el miedo a: 1) llegar a una escuela nueva 2) que aparte es particular, a diferencia de mi UNACH 3) donde llegaba a 6to semestre, y todos ya se conocían, lo que implicaba tratar de encajar 4) ser el bicho raro de Chiapas.
Gracias a Dios, las expectativas fueron más que superadas, hasta ahora me he encontrado con compañeros súper alivianados, que al igual que yo se apasionan por su carrera, maestros geniales que me retan a aprovecharlos al máximo y materias que prometen ser interesantes.
También me siento satisfecha porque, al contrario de lo que muchos unachenses pensamos, el nivel de nuestra Autónoma de Chiapas sí le da competencia (en cuanto a contenidos) a una universidad como la Ibero, puedo compartirles que me siento preparada y con las bases suficientes para desenvolverme aquí. EJEMPLO: en materias que aquí son cursadas por alumnos de sexto a octavo semestre, tocaremos contenidos que ya abordé en semestres pasados, y acá apenas los verán.
Las instalaciones son oootro tema (estamos de acuerdo en que por algo es una universidad de paga y los recursos son muuuuy distintos a los de una universidad pública). PERO EN CUANTO A CONTENIDOS, BIEN UNACH! Tenemos (algunos) buenos profesores, y la calidad también depende de nosotros.
3. LA DISTANCIA. Son 15 horas y mil8mil kilómetros los que me separan de Chiapas. Y aunque aquí hace un frío delicioso, como que extraño la arrechura de mi tierra (sin hablar del pozol, el cochito y el café). PERO SOBRE TODO extraño a la (gran) parte de mi corazón que dejé allá: mi hermana, mis amigos, mi chaparro. Eso es lo que más me parte la madre ahorita. Y aunque nos mantenemos cerca hablando y chismeando todos los días, no saben cuánto quisiera abrazarlos y (en el caso de mi novio) besarlo mucho. Perra distancia. Pero ¡hey!, sólo son unos cuantos meses, en menos de lo que parece ya estaré de vuelta.
4. VIVIR SOLA. Este punto sí es muy positivo. Digo, me la paso Residencia-Escuela-Oxxo-Residencia, no me sé mover en esta ciudad, pero es otro rollo vivir sola. Y también dedicar las tardes a mí y a mis locuras, cosa que tiene un año que no hacía, ¡con decirles que hasta ejercicio estoy haciendo! Es genial porque nunca le he encontrado sentido a tender mi cama... y aquí me la tienden. Ah, y me lavan la ropa y la cosa (8)
CONCLUSIÓN: son cinco meses, se van a pasar volando. En parte BIEN! porque extraño con toda el alma a mi familia, a mi BM y a Rodrigo, en parte TRAGEDIA porque hay mucho qué aprovechar en esta escuela, mucho en qué pensar, valorar y crear, y creo que este tiempo va a ser la experiencia de mi vida, y ¿porqué no? Armarla en grande.
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