En noches tristes, como esta,
veo la luna y me reconforta. Es tan bella, tan mística, que me da tranquilidad.
Pero no sólo es eso; su hechizo lo acompañas tú. Pensar en ti, ver la luna,
todo junto le da un toque especial a la noche. Gracias, luna… y gracias a ti
por convertir mi oscura noche en magia pura.
domingo, 16 de septiembre de 2012
martes, 11 de septiembre de 2012
El mausoleo.
Mi cabeza es un mausoleo de
paredes eternas. Pasillos y corredores que incrementan la angustia de todos
esos habitantes que buscan desesperados una huida.
¿Porqué no pueden salir? Se empujan,
corren, se avientan, ya no pueden.
Y el mausoleo se empieza a
inundar. -¡Corran, corran que nos lleva el agua!
Pero ya no importa. Es tal
aquella confusión que da igual si se matan entre ellos, si se ahogan, si nadan
o si escapan. Esas paredes se van a terminar rompiendo.
Y así, a la hora del
crepúsculo, es cuando un ave se posa sobre él. El ave sobre el mausoleo. Se ve
tan hermosa a contraluz.
Pobre ave. Ojalá escape a
tiempo, antes de que comience la catástrofe.
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