viernes, 3 de agosto de 2012

Cátedra de un corazón apendejado.


No vuelvas a llamarme amor, porque no responderé. ¿Sabes, amor? Y perdona que así te llame, pero es que toda esta fantasía la sentí real, y en verdad te siento mío. ¿Alguna vez lo fuiste, amor? ¿O todo este tiempo has sido ajeno? Ajeno a mí, ajeno a nosotros. Tus palabras fueron como dagas envueltas en seda, que se deslizaron suavemente y ahora taladran mis paredes.
Lo que siento, amor, es un vacío. Y lo que duele es que lo siento desde hace tiempo, cuando tú estabas, pero no.
Y te recuerdo que por ti sacrifiqué tantas cosas… todo te entregué, amor, pero no te lleves nada.
Al fin y al cabo, sólo fueron un par de meses.
Y aunque este fue el acto final, aquí no se cierra el telón. Mi vida sigue, y yo me muevo con ella, libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario