No vuelvas a llamarme amor,
porque no responderé. ¿Sabes, amor? Y perdona que así te llame, pero es que
toda esta fantasía la sentí real, y en verdad te siento mío. ¿Alguna vez lo
fuiste, amor? ¿O todo este tiempo has sido ajeno? Ajeno a mí, ajeno a nosotros.
Tus palabras fueron como dagas envueltas en seda, que se deslizaron suavemente
y ahora taladran mis paredes.
Lo que siento, amor, es un
vacío. Y lo que duele es que lo siento desde hace tiempo, cuando tú estabas,
pero no.
Y te recuerdo que por ti sacrifiqué
tantas cosas… todo te entregué, amor, pero no te lleves nada.
Al fin y al cabo, sólo fueron
un par de meses.
Y aunque este fue el acto
final, aquí no se cierra el telón. Mi vida sigue, y yo me muevo con ella,
libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario