sábado, 4 de marzo de 2017

Merezco un para siempre

Hay veces que me entran unas perras ganas de tirarme a oír jazz toda la tarde. Otras, que quisiera salir a las 12 de la noche solo porque se me antojó algo de cenar, o vaciar una botella de vino blanco dulce aunque abrirla cueste media hora de tiempo e ingenio. Muchas más quisiera pasar el domingo en familia, frente a una chimenea o con un café de olla, o salir del trabajo y comer en cualquier lugar. Todo, contigo... es la única diferencia. ¿Lo sigo imaginando o tengo que hacer una plana para decretarlo? Merezco un para siempre. Merezco un para siempre. Merezco un para siempre...