domingo, 22 de mayo de 2016

Perdida.

¿Y si la luna me viera embelesada, mirándola a escondidas, detrás de mi ventana? 
¿Y si supiera que aún suspiro, perdiendo la mirada, con el cielo de testigo?
Pensaría que, como todas, mi vida pende en torno a su brillo,
y que en noches de cielo opaco, mi vida acaba, y no respiro. 
Mas no es la luna, ni es su brillo, ni es su encanto vespertino;
es que en noches como esta, aún recuerdo, que en sus ojos me he perdido.