Dime las palabras que calman mi tormento.
Numera las razones, que sea un juramento.
Lléname de estrellas que borren el pasado.
Haz que mis angustias sean un mal olvidado.
No bastan dos palabras, son necesarias más.
Me caen a cuentagotas, se atoran al pasar.
No dejes que me duerma añorando aquellos días,
ni dejes que amanezca sin que antes me sonrías.
Tómame. Vacíame, relléname otra vez.
Mátame. Asfíxiame, acaríciame la piel.
Haz polvo mis migajas, pégalas otra vez.
Y déjame tu aroma, déjalo en mi cuello hasta que vuelva a amanecer.